FUENTE: noticiasdelaciencia.com
Los conocimientos que adquieren los estudiantes en la carrera universitaria no solo se basan en las clases. También se ven fuertemente influenciados por sus experiencias previas. Un equipo de de investigación educativa de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), en España, ha realizado un estudio para mostrar los beneficios de combinar el método clásico de enseñanza universitaria basado en clases magistrales, con otro de aprendizaje activo: el aprendizaje basado en problemas (ABP).
Según estudios previos de los años 90, las personas aprenden de forma natural conceptos ligados a problemas que les incumben. Además, el aprendizaje resulta más fluido si tiene lugar a través de actividades en equipo con un objetivo bien definido.
Se ha demostrado que este método es muy efectivo a la hora de desarrollar habilidades necesarias para las carreras científicas, como el trabajo en equipo, la integración de la información, el pensamiento crítico, la capacidad comunicativa, la creatividad y el aprendizaje autónomo.
El equipo científico liderado por Jordi Pérez, investigador principal del proyecto, puso en marcha una prueba piloto en la que se combinaba el método ABP con la enseñanza tradicional: el modelo ABP híbrido (ABP-H). La Facultad de Ciencias de Salud y de la Vida de la UPF decidió así dedicar un 20% de su plan docente a actividades de ABP, mientras que el 80% restante seguía el método tradicional.
Según los resultados, el plan docente híbrido mejora la retención del conocimiento en los estudiantes que se traduce en un aumento de 1,4 puntos en una prueba de aprendizaje a largo plazo de aquellos estudiantes de grado cuyo plan docente se basaba en el método ABP-H.
“El hecho de promover la comprensión de la materia de manera global favorece la retención de la información a largo plazo”, comenta Mar Carrió, autora del artículo. “El aprendizaje basado en problemas estimula a los estudiantes a comprender nuevos conceptos en un contexto definido, vinculando sus propios conocimientos y intereses con los nuevos retos que presenta el problema y a través de la interacción social, ya sea con otros estudiantes o bien con el tutor.”
Además, a través del ABP, los estudiantes aprenden a pensar de forma crítica y a desarrollar competencias transversales. Los autores concluyen que el modelo híbrido implementado, con un 20% de dedicación a las actividades de ABP, ha aumentado el aprendizaje a largo plazo de los estudiantes significativamente al mismo tiempo que les ha permitido adquirir competencias básicas para su carrera profesional.